.


martes, 17 de abril de 2012

Tedio del futuro

Eran dos, y bellos, y deseaban ser otra cosa; el amor se les retrasaba en el tedio del futuro. Y la nostalgia de lo que habría de ser, venía ya siendo hija del amor que no habían disfrutado. Así, al claro de luna de los bosques cercanos, pues a través de ellos se filtraba la luna, se paseaban, de la mano, sin deseos ni esperanzas, a través del desierto propio de los paseos abandonados. Eran completamente niños, pues no lo eran de verdad. De paseo en paseo, siluetas entre árbol y árbol, recorrían sin papel recortado aquel escenario de nadie. Y así desaparecieron por el lado de los estanques, cada vez más juntos y separados, y el ruido de la vaga lluvia que cesa es el de los surtidores de hacia donde iban. Soy el amor que disfrutaron y por eso lo sé oír en la noche en que no duermo, y también sé vivir desgraciado. / Fernando Pessoa. El libro del desasosiego. 

domingo, 8 de abril de 2012

Asalariado

Es notable -cosa que ha escapado hasta ahora a los freudianos- que el joven Marx describa explícitamente al trabajo asalariado mediante conceptos de la patología: 'El trabajo produce espíritu (para la clase dominante), pero origina cretinismo y estupidez para el trabajador'. Como la relación con el producto de su trabajo no es activa, no es una relación de 'apropiación', se convierte en 'un ser física y espiritualmente deshumanizado'. Como su relación con la naturaleza y con el hombre no es una actividad libre y consciente, se pierde en sí mismo y sus instintos devienen instintos animales. 'Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo... De eso resulta que el hombre (el trabajador) sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y al atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en lo humano y lo humano en lo animal'. La base social del 'animal humano neurótico', 'rechazado' por el mismo Freud, es, por tanto, el 'animal de trabajo' enajenado de sí mismo. Marx: 'La vida se convierte para el obrero en medio de trabajo. En el trabajo mismo el trabajador no es nunca trabajador, solamente animal de trabajo. / Neurosis y lucha de clases. Michael Schneider.

lunes, 2 de abril de 2012

Un espacio que vira

Preguntarse que es lo que se pone a prueba durante la acción [ese momento en que la energía comienza a virar] de estar al lado de alguien por la comodidad del uno mismo. Desde la necesidad de espacio como etapa permanente, dejar de sucumbir esencia y seguir a la ambición que no se arrastra, que es como ave.

MabelBE

martes, 27 de marzo de 2012

El cuerpo

Es curioso. Mientras hoy como nunca y con la ayuda de la ciencia, es posible hacerle casi cualquier cosa al cuerpo, desde anular los efectos del paso del tiempo, a cambiar de sexo y hasta procrear sin pasar por el acto sexual, existe un horror al contacto físico. Pero no sólo la ciencia ha levantado barreras que antes de su aporte condenaban a un cuerpo a coincidir con su edad y su sexo anatómico, la libertad de elegir y desechar con la rapidez con la que tardan en sacar un upgrade de todo, se ha extendido a las relaciones humanas. Y así el cuerpo, envase al fin, se vuelve un packaging más o menos llamativo en la góndola para entablar relaciones beneficiosas en el campo del amor o del trabajo antes de ser reemplazado por uno nuevo y por definición, más atractivo. / Silvina Pini. Los intocados. Lamujerdemivida, año 10 - nº66.

jueves, 22 de marzo de 2012

Sin cuerpo, sin aire


A la mariposa gris se le están rompiendo las alas.
Pervive en la agonía del último día
tirada de costado entre un puñado de ramas secas en los ojos.
Casi sin aire, ¿se salvará si le dan oxígeno?.
¿Se salvará si le arreglan las alas?.
¿Se salvará si le ponen color?.
¿Se salvará si despierta?.
.

MabelBe
AKASHIA. Ojos abiertos

domingo, 26 de febrero de 2012

Un rato de una vez · Juego 28

Harta del deseo cansado de repetir noes, siento el desapego derramado sobre este cielo estrellado, colgando del hilo grueso de lo ido, titilante de disminución, como el premio final de un rumbo que equivocadamente supone que terminaré entregándome a él.
Acepto haber besado la crueldad de quién, detrás de los escombros, repetía nunca llegarás a mí, que el orgullo herido me tuvo confundida, trastabillando por la cornisa siempre a punto de derrumbe del enamoramiento, y no menciono otras cuestiones porque quiero en algún momento ser olvidada por completo. Ahora estoy cuidando las rodillas, pensando en hacer remo o escalar algún cerro y dejar de fumar para siempre.
Caer parada trae sus inconvenientes, pero me quedo con la tenue voluntad del intento en el paladar de lo intrascendente, y con este cielo tan distinto cada noche. Todo perdonado, inclusive los noes, inclusive el desgano de las sonrisas pesadas y esas cicatrices nuevas en las manos que quedan muy, muy bien, cuando se estiran hacia adelante y ponen la distancia de lo hecho ante lo dicho.
Juegos / MabelBE