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sábado, 6 de septiembre de 2014

Memoria poética de amor

Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse "memoria poética", y que registrara aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida. La chica hablaba de la tormenta, sonreía al recordarla y él la miraba asombrado y casi sentía vergüenza: ella había vivido algo hermoso junto a él y él no lo había vivido con ella. El doble modo en que la memoria de los dos había reaccionado ante la tormenta nocturna contenía toda la diferencia que hay entre el amor y el no-amor. Al emplear la palabra no-amor, no quiero decir que tuviera una relación cínica con esa chica ni que sólo la reconociese como objeto sexual, por el contrario, la apreciaba como amiga, estimaba su carácter, estaba dispuesto a echarle una mano siempre que lo necesitase. No fue él quien se comportó mal con ella, la que se comportó mal fue su memoria que, por su cuenta y sin la intervención de él, la expulsó de la esfera del amor. Desde que conoció a Teresa ninguna mujer tenía derecho a imprimir en esa parte del cerebro ni la más fugaz de las huellas. Teresa ocupaba despóticamente su memoria poética y había barrido de ella las huellas de las demás chicas. / La insoportable levedad del ser. Milán Kundera.

sábado, 16 de agosto de 2014

De por qué el cielo estimula la constancia

Hay un fin, entonces hay constancia y cauce para la intención que consolidará en arte. Hay una actuación en el momento justo, teniendo en cuenta que siempre se está a tiempo cuando no se ha actuado aún. No te duermas, en algún momento hay que aparecer. Pero en realidad te reconocen, aparecer es puerta abierta a una nueva escena para que la vida mute, metamorfosee, evolucione. En el fin, la constancia, la intención, tenés que reflexionar, se recomienda espantar a los estados despreocupados en esta etapa de aprendizaje. Porque se acerca el abismo, y acá te quiero ver: puede ser el fin del camino para otros, pero para vos la prueba de que sabés volar. El abismo puede ser un nuevo vacío a llenar, una vez pasado el umbral de sorpresa inicial. Hay un fin, un cauce, y se suma un ahogo que sobrevuela a todo lo conocido hasta el momento, lo llamamos hartazgo, hay una manifestación natural, imparable, ves?, es el momento de la acción. Cuando te manifestás te elevás, acá aparece el cielo. El cielo tiene un movimiento con el que hay que saber relacionarse. Los demás miran al cielo, muchos no te ven ahí y para muchos vos y el cielo son la misma cosa, algo que está allá. Hay una elevación como atmósfera de conducta. Empezás a verte, a pesar de que la visión está horizontal a tus ojos, se comienza a marcar la diferencia. Inspiración. Hay que agradecer al cielo, es el marco y el sostén, la armonía necesaria en la elevación. Hay una misión. Tratá de no regresar con las manos vacías. Pero si es así, tratá de no claudicar. Porque es arte, es proceso, es principio, es fin, horizonte que se intuye. Aparecer.

MabelBE

miércoles, 13 de agosto de 2014

En el bar

Luego le preguntó si le había escrito algún poema. Contestó que sí. -Cuántos? quiso saber. -Algunos. Parecía que él buscaba un tema para salir del momento y lo encontró al rato, pero ella no recuerda lo que dijo, impresionada por los nervios y lo poco original de la pregunta y la inexistencia de vínculos y el cansancio de lo olvidable.

MabelBE
.LaTipa.