.


domingo, 28 de enero de 2024

Circunvalacióna de indiferencia y cura. 02


Escribir lo que los pensamientos hacen, para domarlos y aquietarlos. Me pregunto si podrán, por fin, conversar, a ellos les haría tan bien!. Alguien o algo con la curiosidad o el don necesarixs. Un rato, escuchar, decir, compartir silencio, piden los pobres, para resolver este desafío. Es de los divertidos, les digo para que den un paso más, se puede mentir tranquilamente en una superficialidad horizontal que puede servir para una siesta más adelante, insisto. 
Pero, como la evolución va de lo denso a lo sutil, de lo superficial a lo espiritual, y lo fulminante tiene su punto de brillantez en todo ésto, aún no pude convencer ni destruir a un solo pensamiento. 
Las personas que me conocen saben que suelo paralizarme ante ciertas posibilidades y dejo que el universo (junto a otra persona, el tiempo o el olvido) se haga cargo, y así es como me siento a salvo de esfuerzos que no me interesan, es fastidioso decidir cuando no hay algo que se prefiera, verdad. Ellas saben que el desinterés me mueve, y las enoja. Lo siento tanto. 

Circunvalaciones / mabelb

miércoles, 3 de enero de 2024

Mis manos en canasta

.
Se vuelve la tarde un borroso
lenguaje de trapo y de ceniza,
su alta jerarquía da a la brisa
una reverencia de ablación,
infinitos escaños para el tedio,
y la canción de la tarde de los muertos
que hoy están todos contentos
 suturando bajo el desconcierto
de este primer cielo casi abierto.
Una película rápida me conjuga
y me veo adelante, entre la ruta
entrando, la casa, el patio, la tortuga
que ya está en mis manos en canasta.
Ahí vamos, en la última energía 
recobrada, ponemos unas flores, 
arreglamos, limpiamos, nos volvemos,
cada cosa y su lugar de desenlace
son de silencio, de sombra que se deshace.

.
MabelBE
Mas o menos igual
.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Circunvalación de indiferencia y cura. 01


Dolor, sensibilidad y distancia, se unen y son un gran boicoteador que monopoliza los días y el pensamiento, que se acerca al espíritu para dejarle esa mugre que sólo sabe expulsar. Pienso que soy una persona no muy inspirada. 
Una epifanía es una manifestación, una revelación. Me pregunto por su alcance, y qué significa para mí, mientras el agua me salpica los ojos con voces de aroma seco, como hojas de libro leído mil veces sin entenderlo, como cada mareo de libertad, como esas ideas tan románticas como débiles. Se puede decir que triunfa el estilo, porque no se puede escrutar la sustancia, y así termino de lavarme la cara. Un nuevo día comienza. 
Hay calles que se bifurcan en mi cerebro. Como un árbol o un mapa, puedo ir y venir por las ramas, y volver a mi camino y sus modos, nunca con completa seguridad en lo elegido. 
Hechas añicos en la toalla, esas gotas nubladas, que ya no conocerán el rocío, inventan relatos chamánicos, enredados entre signos de admiración y pregunta. No saben para qué. Ni qué, ¡si supieran que sólo es rabia! 
Inventan un temor desapercibido con ríos crueles y subterráneos que intentan abrir geometrías para que triunfe la escarcha. Así es, esas gotas tocaron mi cara, y ahora espero que se mueran bien muertas antes de que me ensucien. 

 Circunvalaciones / mabelB

viernes, 3 de noviembre de 2023

El desayuno naranja

Cortaba la naranja y el ácido saltaba a sus ojos, los cerraba pero parecía seguir viendo desde otro lugar.

La mayoría de los días, su brazo -en un gesto involuntario- hacía volcar el mate. No sé por qué seguía poniendo todas las cosas del desayuno en el espacio que quedaba libre en la mesada, entre la esponja y el detergente, el trapo, la bombilla... Las semillas de anís, las cáscaras secas de limón y el hibiscus cayeron al piso, junto a la yerba. Y la misma puteada silenciosa de cada mañana. Aparecía Tony, caminando por la puerta con su pregunta en la mirada. Ella le contestaba que en un rato le daría un poco de queso blanco. La observé miles de veces, cómo iba a buscar la escoba, barría doblando el cuerpo en estilo contorsión y llevaba la palita al tarro de la basura, donde terminaba el boicoteante ritual de los inicios cotidianos. La naranja, partida en dos, esperaba pegada al exprimidor.

Tony insistía dando vueltas, con sonidos cortos, entre sus piernas, ese amor de gato siamés… El jugo en ayunas es sagrado desde que tengo uso de razón. Que la vitamina c, que el efecto antiinflamatorio, que es la reina de la aceleración del metabolismo, beneficios por todos lados. La costumbre continuaba con el lavado de sus manos en el baño; volvía oliendo a jabón y continuaba con la preparación del mate, la nobleza de la madera se oscurecía en la parte de abajo, porque sus dedos volvían a mojarse con los cubiertos que habían descansado toda la noche sucios en la bacha. A mi madre le daba pereza dejar la cocina despejada para el día siguiente.

Tomaba el jugo que me alcanzaba, algunos días me hacía hacer un gesto, igual de involuntario que el movimiento de su brazo un rato antes, por el amargor. No importa, me decía, tomátelo todo de una vez.

Lo que seguía era pelar la cáscara y colocar los trocitos a secar al sol, en la ventana por donde entraban los primeros rayos, que en verano eran insufribles y en invierno muy deseados. A veces me tocaba llevar a cabo esta parte del proceso, lo detestaba pero como nunca ayudé en las tareas de la casa, me imponía hacerlo, sobre todo cuando quería que me comprara algún juguete o alguna ropa más tarde.

Las naranjas fueron parte de mi vida, hasta el día de hoy, ahora corto las más perfectas por la mitad, las ahueco y las tengo de alhajeros donde guardo los anillos. Hay noches en que sueño que tengo el mismo patio de mi niñez (estaba colmado de higueras, plantas de menta, mandarinos, limoneros, un sauce llorón enrulado y muchos naranjos), pero en otra ciudad, con muchas plantas llenas de pelotas rugosas y duras, de todos los tonos anaranjados posibles, algunas caídas en el piso. Lo veo al Tony oliendo cada una, y empujando a las más chiquitas para jugar, corriendo de aquí para allá.

Nunca tomé jugo de naranjas comprado, lo tengo internalizado a fuego como un sacrilegio, algo tan artificial como ajeno, que va!. Y son contadas con los dedos de una mano las mañanas en que no tuve estas frutas en la heladera para el desayuno.

Mi madre ya no está, el lugar de los frutales se vendió hace años, pero las naranjas continúan en mi vida. Y cuando tenga el patio de mis sueños, lo primero que haré será enterrar las cenizas del Tony bajo el primer árbol que plante, de ahí van a salir mis desayunos hasta que sea yo la que me vaya.


MabelBE


viernes, 13 de octubre de 2023

Defensa 01


.........................Como el cáncer es un nudo

de sustancias olvidadas, casi ahogadas en algún lago interno,

doloridas, abrumadas, creciendo sin un control,

.........................hay que ir a las nuderías profundas

............      y, lleve el tiempo que lleve, disolverlas

.........................  para evitar la dureza celular de lo que no fluye.

Desde ahí, sólo subir

hasta sentir el viento que sopla en la superficie y mueve el agua.

.........................

En una maravilla, términos como "milagro" y "liviandad”

aparecen en el pensamiento, en el discurso, y en el aire despejado 

..................................................de este colorido proceso

.....donde la templanza se recupera en el duelo final.

Si vencés, sos una porción de felicidad

que sabe que el sol latirá en el aire.

.........................

Tu alma respirará un desarraigo que no duele.


Superada la enfermedad 

................................/ que hay muchos tipos de cáncer /

una sonrisa, de color eterno en los recuerdos,

..........forjará una ternura rara con la fuerza del allá

.................................................................en tus sueños 

........................................v...................................liberados.

................................................................................................Si no,

................................seguí con tu siguiente deseo a cumplir.

                                              


                                                                                              MabelBE

jueves, 14 de septiembre de 2023

Borges. La noche cíclica

Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras:
los astros y los hombres vuelven cíclicamente;
los átomos fatales repetirán la urgente
Afrodita de oro, los tebanos, las ágoras.

En edades futuras oprimirá el centauro
con el casco solípedo el pecho del lapita;
cuando Roma sea polvo, gemirá en la infinita
noche de su palacio fétido el minotauro.

Volverá toda noche de insomnio: minuciosa.
La mano que esto escribe renacerá del mismo
vientre. Férreos ejércitos construirán el abismo.
(David Hume de Edimburgo dijo la misma cosa).

No sé si volveremos en un ciclo segundo
como vuelven las cifras de una fracción periódica;
pero sé que una oscura rotación pitagórica
noche a noche me deja en un lugar del mundo

que es de los arrabales. Una esquina remota
que puede ser del Norte, del Sur o del Oeste,
pero que tiene siempre una tapia celeste,
una higuera sombría y una vereda rota.

Ahí está Buenos Aires. El tiempo que a los hombres
trae el amor o el oro, a mí apenas me deja
esta rosa apagada, esta vana madeja
de calles que repiten los pretéritos nombres

de mi sangre: Laprida, Cabrera, Soler, Suárez...
Nombres en que retumban (ya secretas) las dianas,
las repúblicas, los caballos y las mañanas,
las felices victorias, las muertes militares.

Las plazas agravadas por la noche sin dueño
son los patios profundos de un árido palacio
y las calles unánimes que engendran el espacio
son corredores de vago miedo y de sueño.

Vuelve la noche cóncava que descifró Anaxágoras;
vuelve a mi carne humana la eternidad constante
y el recuerdo ¿el proyecto? de un poema incesante:
«Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras...»