del reordenamiento universal
y se forman campos secos en la noche.
¿Por qué chorrearás esa emoción
que desgrana en dos ojos seductores
más la gesta del refuerzo?
Y soy blanca, como una estatua brotada de azucenas
que empuja lo indecible
sabiendo que merece más, algo como
una imagen que no desaparezca al acercarse
al etcétera de lo ajeno y lo soñado.
Son muchas nadas carcomiendo sin aviso
que infestan y te infectan con ese raro amor
que buscás y que parece que no existe.
Y sos una ida bajo el amanecer gastado de tu propia repetición
con la vuelta prohibida.
Pero está mi simpatía
que huye a plena carcajada
y se vuelve visible
en el miedo
de esta yoica estupidez abandónica, vestida de pájaro
e intermitente, siempre ajena a fuerzas tenebrosas
de futuro
que siente los ahoras en la piel.
Yo no quiero abandonarte
MabelBE