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lunes, 20 de octubre de 2025

El roce que insiste

Es una presión mínima, un roce interno,
un eco sin fuente que se percibe como viento
que no toca nada, pero igual insiste,
como si el aire supiera cosas que la mente no archiva.

Ahí habla lo que no pudo decirse.
Con su ausencia.
Es el síntoma antes del síntoma:
el cuerpo recordando,
los brazos extendidos de una historia incompleta.

Y una intenta mirar, sujetar el hilo del malestar,
pero el hilo se disuelve en los dedos,
como si el propio acto de buscar
fuera lo que lo mantiene escondido.

Hay momentos en que se deja ver -un segundo y su luz
periférica-. La mirada pesca algo en el borde de la visión,
y entonces el alma tose,
como si expulsara el polvo
de un miedo antiguo y sin nombre.

Después todo vuelve a su sitio. 
La normalidad.
El mate, la calle, las palabras de siempre,
la paciencia del animal que duerme,
pero nunca descansa del todo.


Cuartetos / MabelBE

La hiedra y el aire

Es un soplo que no pertenece a nadie, 
pero me atraviesa. 

La nostalgia es una hiedra azul enroscada en los latidos, 
la melancolía el aire espeso donde esa hiedra respira sin testigos. 
A veces sube por la garganta como un nombre impronunciable, 
otras vibra en el pecho,
como la piedra que recuerda haber sido semilla. 

No tiene voz, es apenas veladura. 
Y yo, quieta, intento atar un hilo que no es hilo, 
sino neblina que se deja tocar solo cuando dejo de insistir. 

Entonces la nostalgia y la melancolía 
se sientan 
una frente a la otra, no discuten, no piden explicaciones: respiran. 

Y en esa respiración suspendida, casi mineral, 
hay algo que se parece a mí pero más sensei, más antiguo, 
como si el tiempo entero se encorvara para escuchar. 


 Cuartetos / MabelBE

Lo que queda en el hueco

Es un pulso que no pide permiso, 
un roce anterior a cualquier nombre.
Una hiedra creciendo, sin muro que la contenga. 

La nostalgia es raíz exacta. 
La melancolía, sombra sin reloj. 
Suben por la memoria como un murmullo sin verbo.
No hablan, y así sostienen la quietud de lo inevitable. 

La mente busca,
la niebla —que es risa sutil— la rodea. 

Dos presencias se encuentran en el centro de sí mismas, 
no negocian, no necesitan argumento: respiran. 
En el hueco que dejan,
yo.


Cuartetos / MabelBE

El eco compartido

Es una brisa antigua que no envejece, una hiedra sin muro, 
un nombre que nadie pronunció pero todas reconocen. 

La nostalgia trae rostros que no sabíamos que guardábamos, 
la melancolía es el aire espeso 
que los sostiene por un instante. 

Una vibración de piedra asciende por el pecho, por la garganta y el cuello, 
heredando silencios con dejos de ajenidad. 
Es la memoria transmitida en gestos, en temblores, en la forma de callar. 

Todos buscamos el hilo, todas lo perdemos, 
y aun así seguimos 
frente al eco compartido, 
contemplando la tarde que cae sobre los días repetidos. 

Ahí estamos, entre la fricción y la bruma, 
todavía en camino, 
todavía juntas, 
todavía memoria. 


 Cuartetos / MabelBE

sábado, 11 de octubre de 2025

Epifanía doméstica

Frente al espejo, la canilla respira un hilo de agua
y parece acostumbrada a esperar.

Sesenta y un años
ignorando el mapa
de mi mano.

Lavaba la piel, no el gesto;
el borde, no el centro.

Esta fue la vez diferente.

Doblé los dedos hacia adentro,
jabón en los costados,
el dorso, las orillas.

Pasé sesenta y un años
rozando la canilla sin verla,
esos descuidos transparentes.

Este agua siempre me lavó
con la memoria de no haber sabido
que la ignorancia se esconde en las pequeñas cosas.

Sobre todo ahí.

Todavía me sorprende.


MabelBe / ElEnte

viernes, 10 de octubre de 2025

Mayor

Se huele madera húmeda.
El aire se sostiene apenas,
como un sueño respirado demasiadas veces
que recuerda algo
que ya no quiere decir.
A veces creo escucharme,
pero viene de más abajo.
Acá, solo el zumbido que enciende
la única lámpara que no parpadea.
Los recuerdos se esconden de inmediato.
El olor del sol en el pasto, voces que se disuelven,
un escalofrío que me hace retroceder
y avanzar al mismo tiempo.

Antes intuía la escalera.
Ahora, entre la niebla,
veo los primeros escalones por subir.

Los bordes del círculo iluminado
se rinden a la oscuridad que los rodea.
No puedo abarcar la totalidad,
ni siquiera imaginarla.
Pero hay algo más allá
y, por un instante, lo rozo con la mirada.



MabelBel

lunes, 29 de septiembre de 2025

Soy la gente


Fue el instante en que una mirada buscaba alas en mi cara
cuando mi alma fue otro espacio y
alejándose de mí
me volvió crianza e hijos en camino a madurar.
.
Ni bien empiezo a sentir,
ya siento mis paradojas.
.
Será la luz del sol del mediodía
o ese momento de la vida imposible de fingir
lo que me lleva adelante. 
Y seguir así, seguir siendo
ante cualquier sepultura
y ante cualquier vacío disolvente de esperanzas.
.
Ya no quiero pedir por favor a los momentos.
.
Fueron muchas madrugadas
llenas de faltas lloradas
en los ojos y en la sien.
.
Será la gran masa que ya pasa,
o esos desgarros propios de lo inútil. 
Será que ya no quiero la ganancia a cualquier costa
si no hay gracia.
.
Soy la gente, pobre gente. 
Me equivoco fácilmente.

MabelBE