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jueves, 31 de marzo de 2011

Del somos


Trueques, mito mudo de la tierra, un presente con raíces de otro tiempo bajo fuerzas que pisotean sus brotes. Todo ésto entre el destello de un esperar sin tamaño. Yo me alejo. Renombro a los balcones aturdidos por las flores para que se vuelvan caverna que parirá una canción. Me deslizo por el aire y, cuando emerjo en alguna barricada que fue senda del amor, los idilios y paciencias ya no quieren concluirme. Y eso me gusta, como el sonido de las sombras colectivas, el no saber cómo mirar esas suavidades que vegetan, como el gris cielo entre nubes alarmadas por el propio anonimato.
Salvo cuando aparezco en el espejo de mis labios forrados de sangre y seda que me ubican en la aurora de mi rostro ilusionado con regresos, yo me alejo. Los ojos, inmunizados de esperas que relatan, como la expresión eterna de lo que sigue a lo que sigue, suelen parar en ese punto que no distingue el conjunto. Trueques, fábula sin árbol, qué costumbre. Y por eso soy del somos. 
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MabelBe / Akashia. Ojos abiertos

1 comentario:

  1. Soy en el somos del sonido de una sombra colectiva

    Precioso.
    Escribes muy bien. Estoy disfrutando de tu blog.

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