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jueves, 18 de enero de 2018

Un espacio caramelo


Vestirse de acontecimiento, promover sonrisas, caminar calles donde el amor dejó tirados sus pétalos. Lo ajeno adentro de lo propio en un rincón. Ser presente a punto golosina en el condicional indicativo de un tiempo difícil.

MabelBE 

lunes, 27 de noviembre de 2017

Niña de vidrio

Niña de vidrio, acorazada con los arcoiris de las flores en medio de un jardín de miedo y nostalgia. Mundo donde es posible hablarle al simismo del desenlace de la noche de estrellas borradas. Universo con un farol enfrentado al tiempo y a las heridas. Entrar en cada una de las luces y lagrimas que saben exactamente que decir y que abrazan. Diálogo con lo esencial del cambio, entre lo perdurable y en el  instante en que se revelan todos sus abismos ocupados. Sentir la vida de sus versos y que no importe si es cursi la mirada de corazón. Niña de vidrio, con distintos rostros del amor, levantándose cada mañana para hacer un amanecer mas o menos perfecto en la ventana. /Crítica Ebelina.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Ebelina 01



- No es facil esconderse en una casa sin rincones.
Esiquio me ve aparecer, y sabe que no puede cambiarme.
Me cede un laberinto de calma para que me alimente
con penas.
Cuando Losquenuncafaltan me ven aparecer me ofrecen
un puente precario para soñar
o para soñar para vivir.
Tengo a mi lado la invisibilidad del Trébol,
y a veces al A-migo.
Luego, Agitanado intenta recuperar su pasado de imagen,
cierra el portón
que me recluye en un poster. Logro escapar
sentada sobre la primera de mis magias.
Cuando el Conglomerado de los Trece y Cualquiera me ven
yo llevo una carga de rencores ajenos
bajo las zapatillas, entre los fluidos de mi vestido de verano.
Y mi piel repele cambios.


Caminando con dificultad los jardines, casi sin poder respirar, con sombras acompañando las alas, me alejo hasta el agujero de la montaña que comparto con Ebelina, donde nunca necesito desaparecer.
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® Mabel Bellante, 1995

lunes, 9 de octubre de 2017

A.- El ente que siempre está aparte, y siempre presente

A mi poesía desordenada, un día llegó un vampiro al que todavía hoy trato de convertir en ángel cada vez que el amor se acomoda a su azul sinuosidad, y dejo que se bañe en mí. Bueno, bueno, no es para tanto, dice la voz repetida de mi poesía desordenada, que está tirada en el pasto verde, con el sol rebotando en las rodillas. Que no hay final y que no le importa mi tristeza. El tiempo le pide permiso y como siempre obediente de misión obsoleta, se apura a contestar que sí. La muy bruta. Quiero cachetearle el brazo. A ver si ésto cambia alguna vez, pienso suavemente o locamente, cada vez que la situación se me escapa por una azotea estrellada o se filtra en mis propios embustes. Fue un impacto el primer verso. Al terminar el segundo seguí en su ritmo de silla o de guirnalda entre crueles renovaciones de hipótesis. Afín a los tiempos, se ha vuelto suplente de sí misma como una bacteria que creció en la sorpresa de verse crecer y su redundancia se perdió en un punto de vista cualquiera justo cuando la lluvia venía con la palabra necesaria. 

El ente que siempre está aparte, y siempre presente / MabelBE