sobre el alba desnuda de la almohada,
destacando la estrella más guardada
que descansa al final de los desiertos.

esa condición sensual al ser vaivén
de un sol espejado; no preguntar ¿a quién?
y en la mano siempre abierta, un caramelo.
Así se agrega a los ojos la infancia.
Va el amor junto: aventura y viaje.
Alados pies sedientos de paisaje
siendo la savia de una dulce historia
y qué fiel ronda la vida en la memoria
con su sonrisa en el último renglón.