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sábado, 30 de noviembre de 2024

Campos


Te abandono en la esquina cursi
del reordenamiento universal
y se forman campos secos en la noche.
¿Por qué chorrearás esa emoción
 que desgrana en dos ojos seductores

más la gesta del refuerzo?
Y soy blanca, como una estatua brotada de azucenas
que empuja lo indecible
sabiendo que merece más, algo como
una imagen que no desaparezca al acercarse

al etcétera de lo ajeno y lo soñado.
Son muchas nadas carcomiendo sin aviso
que infestan y te infectan con ese raro amor
que buscás y que parece que no existe
Y sos una ida bajo el amanecer gastado de tu propia repetición 
con la vuelta prohibida.
Pero está mi simpatía
que huye a plena carcajada
y se vuelve visible
en el miedo 
de esta yoica estupidez abandónica, vestida de pájaro
e intermitente, siempre ajena a fuerzas tenebrosas
de futuro
que siente los ahoras en la piel. 


Yo no quiero abandonarte
MabelBE

viernes, 29 de noviembre de 2024

Con el silencio propio

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Dijo haber paseado por un cielo tarareado de estrellas y meteoritos. Ufanándose con los detalles de una extraña melodía en la puerta del infierno. Cuidando no mencionar gustos escondidos, su cara frente a otras caras quiso hablar sobre la ingenuidad, pero no le salieron palabras ni para una explicación fallida. Luego, sobre la nobleza, y tampoco.
Entonces, dos o tres ritmos gastados de erotismo con olor a muerte se reflejaron en sus ojos, y en el apuro por dibujarles unos versos nuevos, tapó el aire apaciguado con más estrellas y más infiernos, con meteoritos que ya no querían estar allí. Para otra vez huir, con esos cargamentos suyos, tan personales.
La espalda encorvada, ahuecada, despedazándose despacio en disimulos que yo observaba con el silencio propio del hartazgo y del dolor. Y del amor roto.
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MabelBe