Tu reflejo repercute en la extensión del silencio. Sin furia y sin piedad se destruyen los muñecos opacos de mis recuerdos, y planeas entre los huecos de mi alma errante y loca, que desde el sueño presencio.
Yo, que te vi entre espasmos y soy presentimiento errado que lucha como una hoja entre tormentas inquietas buscando desenredar tus apenadas muletas, huelo fría caridad para mi esfuerzo gastado.
Esa mañana con niebla julio perforó de ausencia, con tu voz -tan poderosa- resonando bajo un brillo verde: tus ojos en mi conciencia. Hoy la asfixia me da risa [igual pego telegramas mal escritos en la espalda de los duendes de mi infancia, donde les pido que abracen tu aura de filigrana].
Juegos / MabelBE · victoria