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martes, 29 de mayo de 2018

Empedrados


Cada tarde en el espejo 
en la estación del sueño fino
empedrados que son mar, cisne y un pino
como un baile ya sin resto 
rasgan en la computadora prestada
un espacio posmoderno /labios negros 
reclamando por un supuesto reintegro
para el sol de la blusa anaranjada
que existe donde el alma cambia el rumbo 
y cualquier crueldad así me hiere
y a la vez no saber cómo rendirme
sin dejar de temblar cortes profundos
pero nunca morir, esperar a que venga la calma
anunciando que está refrescando
tus ventajas, tu moderación
tus agotadas esquinas con rocío,
a vos y a tus brillos de sueños finos
con empedrados y cisnes, mar y pinos,
y tanto tiempo incompleta, mi espalda,
destrozados mis reflejos desteñidos
 con mil soles irradiando mi vestido.
Esa tonalidad que asombra
cuando otra es la mirada que renombra
en el espacio que despierta fresco
en tus ojos cuando acompañan mis ojos.
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MabelBE

viernes, 27 de abril de 2018

Por ejemplo

Naciste en la libertad de la aventura al reflejo del fuego. Por sobre el resplandor de la mirada y la sal del mar en la piel a la noche, mirando con cariño joven a lo que era y estaba, descubriste que te fuiste quedando en el momento en que te reventaron el amor a patadas. Después de que te manosearan varias veces el alma dijiste nadie entrará aquí, y te pusiste firme.
Oferta incierta de alguna posibilidad que se vuelve indiferencia y contagia su opacamiento. Todo, hasta el sí mismo es ajeno. Volverse bruma que condensa los poros, y ya no poder respirar, maldición. Ser una estrategia de vuelo en una gallina. Esperar del Club med todas las felicidades del mundo.
Basta de daño repetís mientras querés dejar de creer en lo que no sucede. A cambio de no poder hacerlo, el parque alquila compañía para fin de año con su chapuzón refrescante. "Horizontal de cordura ensayada" escribió la loca de tu amiga un día. Hoy ya sabés que las promesas al vacío son basura que se vuelve en contra.
Barrio cerrado: estar con los pares no tiene precio. Pero necesitás salir del entorno y reajustarte. En el entorno sos una sombra de ridiculez, pero hay abrigo, aunque sólo hay abrigo. Pero, pero, pero. Te cansás de ser el trofeo que tu fantasía quiere, y el que tu mezquindad mantiene a distancia. Caramba, pertenecer exige que el corazón sea estrujado.
Ser el Blackberry, la libertad en la mano. Estrellar la emoción en el piso cuando lo que no pasó ha desaparecido. Por lo irreversible de la entropía, no querés que vuelva a ser restregada tu piel al punto de la rotura, mientras una sincronía exacta en citas de belleza poco profunda es la marca del mejor tiempo compartido.
Y el ave que se inclina tiene los mismos poros cansados que tu ancha nariz. Desde la agonía de un rostro sin suerte apenas podés sostener dos ojos que se contentan con husmear por un minuto ésto. Claro, caes en la cuenta de que la comunicación no es sólo de ida. Claro, pero hay que salir del momento. Si no se abren las alas de la verdad, el fuego se apaga, como la aventura. Como la felicidad. Hola.
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MabelBE

viernes, 30 de marzo de 2018


Un espacio resistente

Ser, como el martirio o la orientación, una parte de la propia mentalidad que fluye a través de las palabras. Pero a veces algo que no se ve venir sucede. Entonces, abrirse paso entre la carroña como una roca de ternura desplazándose hacia el alivio.

MabelBE