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miércoles, 16 de septiembre de 2020
jueves, 20 de agosto de 2020
Infancia
Para sus nueve años le regalaron un montón de libros de cuentos y de poesías. Enseguida descubrió que podía leer en voz alta algunos párrafos y versos frente al espejo viejo de la piecita del fondo. Su juego preferido era ir ahí después de almorzar. Apoyaba los lápices, papeles, libros, en la mesa de planchar mientras el sol dibujaba flashes en la pared. Cuando era la hora de la merienda, las sombras le dejaban media cara oscura. Significaba el fin de la siesta, lo siguiente era el grito de la madre llamándola. Los días de lluvia eran diferentes, el olor a tierra mojada la hacía sentar en la silla azul plegable y sentirse triste pensando en nada, sin imaginación ni ansias. En una de esas siestas fue que se le ocurrió que era la poesía esa entidad que la acompañaba, la que la hacía lagrimear. Así que pensó que podría dibujarla, y esto sería en los días nublados, sin el sol en la cara haciéndole fruncir los ojos. Su primera poesía fue a los diez años, la teatralizó en una especie de ceremonia para el Tony y el Chiche, que siempre la acompañaban -como un mágico ejemplo de la influencia de los elementos estables- moviendo la cola, alertas para empezar a jugar.
MabelBE
miércoles, 12 de agosto de 2020
lunes, 10 de agosto de 2020
sábado, 25 de julio de 2020
Irrebatible
Hastiada, escuchaba la mortaja de una boca chasqueando la noche, a la que le imaginó cejas de anime malvado. Con palabras silabeantes y a la vez pastosamente tartamudas, la tipa trataba de rebatir eso de que ella había dejado abierta la puerta al salir y que por qué había salido, y que se vaya al demonio y que la culpa del mundo era suya.
MabelBE
sábado, 13 de junio de 2020
El espejo
Lo que el desarraigo ha olvidado por los rincones, grieta olvidada hasta la nada de la nada en indiferentes permisos. No necesito preguntarme si he vencido. Soy lo que agonizaba bajo los escombros del miedo, casi un alma suicidada hace mucho en un espejo enmarañado que desautoriza hasta a la propia presencia. Canción entre el silencio de un espacio que no es noche ni día. O lo que no es madrugada y no es atardecer, y sonríe. ..
MabelBE
miércoles, 10 de junio de 2020
domingo, 17 de mayo de 2020
Desamparo azul
Hoy, día sesenta y uno de la cuarentena,
desde detrás de los barrotes,
he visto llorar a mi madre hacia el futuro.
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Lloraba tímida por su propia muerte gris,
por la ausencia de todo— final obligado—
desde detrás de los barrotes,
he visto llorar a mi madre hacia el futuro.
.
Lloraba tímida por su propia muerte gris,
por la ausencia de todo— final obligado—
como en ese corredor donde solo importa
lo que sucedió.
.lo que sucedió.
Ángel Ferrer
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