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domingo, 8 de julio de 2007

Literatura

La literatura contribuye a promover la vitalidad democrática del discurso político. El poder, cuando es hostil a las exigencias de la imaginación literaria y a los matices del lenguaje, vulnera los fundamentos de la cultura democrática. Nada queda de ésta donde la concepción y la práctica del lenguaje están reñidas con la libertad interpretativa de los conceptos. Allí donde el poder desatiende todo otro mandato que no sea el de su propia voracidad, el lenguaje se petrifica, se congela en la intolerancia hacia la realidad que lo desmiente. / Carlos Fuentes. Entrevista: Santiago Kovadloff, extracto.

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