Haidt comenzó investigando la emoción de la aversión. Al probar las reacciones de la gente ante situaciones como la de una familia hambrienta que cocinó y comió a su perro luego de que éste hubiera muerto en una ruta, exploró el fenómeno en que la gente siente fuertemente que algo está mal pero cuyo porqué no puede explicar. Este fenómeno lo llevó a ver a la moralidad conducida por dos sistemas mentales separados. Un sistema antiguo, que él llama intuición moral, se basa en las conductas con carga emotiva que se desarrollaron antes que el lenguaje. Un sistema moderno, que llama juicio moral, llegó después del lenguaje, cuando la gente pudo expresar por qué algo estaba bien o mal. Las respuestas emocionales de la intuición moral ocurren de manera instantánea; son primitivas reacciones viscerales que evolucionaron para desarrollar decisiones intempestivas que ayudan a la supervivencia en un mundo peligroso. El juicio moral, por otro lado, llega más tarde, cuando la mente consciente desarrolla una racionalización para la decisión que llegó a través de la intuición moral. / La moral no es cultural, sino genética. / Nicholas Wade. The New York Times.
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