Es curioso. Mientras hoy como nunca y con la ayuda de la ciencia, es
posible hacerle casi cualquier cosa al cuerpo, desde anular los efectos
del paso del tiempo, a cambiar de sexo y hasta procrear sin pasar por el
acto sexual, existe un horror al contacto físico. Pero no sólo la
ciencia ha levantado barreras que antes de su aporte condenaban a un
cuerpo a coincidir con su edad y su sexo anatómico, la libertad de
elegir y desechar con la rapidez con la que tardan en sacar un upgrade
de todo, se ha extendido a las relaciones humanas. Y así el cuerpo,
envase al fin, se vuelve un packaging más o menos llamativo en la
góndola para entablar relaciones beneficiosas en el campo del amor o del
trabajo antes de ser reemplazado por uno nuevo y por definición, más
atractivo. / Silvina Pini. Los intocados. Lamujerdemivida, año 10 - nº66.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario