Aquel mediodía descendió la emoción de una estrella extraviada hace años.
Dos almas sorprendidas proyectaron la iluminación recibida hacia una escalera que nadie antes había visto y se dispusieron a reflexionar sobre el amor.
No existieron metáforas (ni improvisaciones ni excesos ni símbolos ni reproches ni otros seres) en el brillo de las miradas encontradas. Fue fugaz.
MBellante