Durante algunas mañanas la verdad es total, por eso no importa que el cielo sea a veces amargo. A pesar de las cadenas es posible imaginar que las ventanas llegan a la luna, ramas de cielo, en los nuevos espacios un brote empieza a ser. Hasta qué curva llegará la vida, hasta que cueva, me pregunto, ángel, te pregunto. Me visto de algo que pensé que era pena, pero no. Las cadenas dejan ver la mitad de los eslabones y la naturaleza, poco original, enjuaga en su tul sin tiempo la cara de un Dios adentro de la cara de un diablo. La libertad da pánico. Un árbol nace. En este brote está la poca importancia de las preguntas y de las explicaciones, me responde abrigándome de luz. Y no importa ya lo que sea que confundí con pena.
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MabelBe
Diálogos en la cornisa con un ángel
me gusta mucho tu blog. mucho sentimiento
ResponderBorrarLlore y llore penas frente a un espejo que empañado parecía llorar conmigo. Luego entendí que no hay pena que valga la pena. No hay preguntas posibles. Solo la entera convicción de que algo anda mal y tenemos que cambiarlo. Solo eso.
ResponderBorrarSaludos.
graaaaaaacias, un montón de palabras!
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