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viernes, 21 de marzo de 2008

La poesía



Puede ser amiga de la profundamente serena conformación del alma y de la espejada superficie cursi de lo pasajero, con una generosidad que escapa a lo humano. Compañera de la palabra amor, es como el aire, pero también es, a la vez, como la luz y como la sombra.
Siendo existencia en sí misma, la poesía es el día y la noche de cada día. Y porque la musicalidad de sus abrigos son trazos entre las vísceras, que se transforman en ayuda cuando menos te lo esperás, es una necesidad que algunos no conocen todavía. Como el aire, que no se puede definir pero se respira en el deseo de definitivos buenos días siempre, siempre.



MBellante

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