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viernes, 17 de junio de 2016

Nosotros, los pobres


El pensamiento suele volverse un patrón que obliga a la reiteración.
En ocasiones se piensa compulsivamente que la familia es la base y que sin ella nos caemos en picada por un agujero como el de la mina de Chuquicamata. Si es el caso y nos quedamos sin familia, bueno, ya tenemos donde ir a terminar líricamente. Si estás más cerca de Rusia que de Chile, tenés la mina de Mirna. La naturaleza sigue velando por todos.
Es muy fácil otras veces obsesionarse con el trabajo. La vida pasa a ser tamaño oficina, maletín o sillón de escritorio, y el nombre de lo supremo es Eficacia. Un valor multiplicado por la inexistencia del futuro: lo único cierto que vendrá con peso. Indiferente a cada uno.
Para algunos la política es muy importante y hay que resistir, resistir, resistir, resistir, asistir, resistir, existir, persistir, no: resistir, era resistir... ¿resistir? ¿a qué había que resistir?.
Para otros la política es igual de importante por lo tranquilizador que significa el poder y el dinero fácil. En ambos casos, eso sí, se logra casi idéntico resultado, queda flotando confusión y desperdicio. No hay que burlarse de esto.
Una vida puede fácilmente basarse en el pensamiento religioso -dirán que es sentimiento pero no nos importa eso ahora - y es fanáticamente posible ocupar la mayoría de las horas rezando para pedir desde la paz del mundo hasta que el jefe falte por una semana o desde salud para el amigo que padece cáncer hasta sacar la lotería.
Se puede existir totalmente desatinado, y llegar a viejo y sano.
Se puede sostener una existencia en una creencia que tal vez no sea del todo errónea para gran parte de todos nosotros, pero que no tiene el valor significativo que se le quiere dar. Es más, así vive la inmensa mayoría. Quién puede sin dudar asegurar que a ésto -por lo que está luchando- vino, en un ciento por ciento.
Entonces, como siempre me pasa en este tramo, se me sienta la cursilería al lado, y una tristeza regalada con ojos de gato caramélico me envuelve como con una manta de lino [son esos insignificantes huecos, que sólo permite la tela cuando es común, los que dejan ver que del otro lado no hay nada]. ¿Nada?, qué sorpresa.
Toda reiteración se vacía en sí misma y al cabo de un tiempo cuesta mantener su parámetro en la línea del horizonte y su concepto sin contaminación.
La mayoría es nuestro único y lamentable parámetro. Pobre de nosotros!
Pobre de mí. Y de vos. Y de ella, y del otro. Y de aquellos, también de los que andan riéndose por allá, atrás de la pantalla de los modos y cortinas que tapan plantas o techos.
Tu pensamiento es tu patrón. El que te obliga a interpretar con yerro tantas veces. Por eso mismo buscás al similar para sentirte más fuerte y más cuidado. Familia y parentela. Trabajo con sillón. Rezo y espera, siempre espera, espera, espera, espera. Política de búsqueda y deseo de otras cosas que-no-existen-ahí. Y no valés nada, al fin y al cabo. Fijate cómo te vas difuminando mientras corrés cargando desgracia a la deriva. Variables que transmutan o que engañan o que no estamos capacitados para comprender.
Cuánto habrá de nosotros en nosotros. Cuánto habrá de mí en mí. Cuán del universo, del ambiente, de mi profesión. Cuán de mi oficio, de  mi familia, de mis dioses, de lo que me gusta o emociona, o me da asco. Qué, de lo que no conozco. De lo que no conoceré.
Cuánto queda de mí en mí después del vaciamiento y la resaca. De la soledad que tanto miedo da.
No me sé. Puedo afirmar que no nos sabemos?. ¿Qué es lo que sabemos?, ¿tu realidad, es la misma realidad que la de quién o quienes?. ¿Queremos convertirnos en oración, en eficacia, en consorte, en dinero, en política, en el gato cursi, en nuestra propia importancia descajetada? o queremos llegar al fondo del derrame, tocar lo que no se hunde, poder decir "de aquí para abajo ya no hay más ¡por fin!"?
Sospecho que hay algo de temor ante la pérdida de la esperanza de lograr algunas metas.
La realidad. Sugiero una huelga al pensamiento, para ver si realmente existe.


MabelBE

5 comentarios:

  1. Pues sí, querida Mabel, nuestro pensamiento es nuestro patrón, nuestro canon, nuestro rumbo y nuestra prisión. Tanto nos condiciona que, para sustentarlo e intentar reafirmarlo, nos hacemos partidarios de los más coincidentes.

    Cognitivamente acaso la realidad se nos revela como algo completamente inasible. Sensitivamente sabemos de la certeza de la soledad y, en contraposición, del amor. Por eso, Ciorán -el gran filósofo del nihilismo- afirmó apodícticamente que: "De todo cuanto se ofrece a la sensibilidad, el amor es lo menos vacío, y no podemos renunciar a él so pena de abrir los brazos al vacío natural, banal y eterno"

    Recibe un fuerte abrazo.

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  2. So, I have used a translator to read this, and although it did a rather poor job, I believe that some of the thoughts, ideas and feelings came through - likely because I share them.

    Loneliness is in our minds and due in part to the stories we continue to tell ourselves. I am in this right now. It is not always easy to see clearly when you are unsure.

    Thank you for sharing this post.

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  3. Asi es Mabel , es asi tal como lo plasmastes , nuestro pensamiento es casi nuestra huella digital. Que nos pasa como sociedad si nuestra unica salida es buscar una mina cercana y acercarnos a la mina y acometer en ella ¿ que buscamos como seres? ¿ que pensamos como seres? ¿ cuanto d elo que sentimos como seres esta lejos o cerca de la boca de una mina??

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  4. ¿qué tipo de mina es la que está cerca? ¿cuál, la que está lejos?

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