El tiempo que revive en el recuerdo de otras veces, la misma emoción perceptiva del
amor que, sin cesar, renace y completa al espíritu. La felicidad en el tiempo y en el sueño donde me contabas sobre ese paisaje que veíamos
desde una colina. La lealtad fluye y circula, y lo contrario desaparece sobre la banquina, de aquel mediodía mágico, su ruta con plantas y flores de enormes colores, yendo. En lo que amé y amo soy mi
propia búsqueda y esas tardes de
primavera sentada en el pasto con la frescura del sol cuando baja. Cuando me
encontré cara a cara con mi fidelidad y el honor que no tiene prisa, fui aquellos
con los que comparto la suave subida al cerro de los sueños cumplidos. Belleza otra vez por aquí.
MabelBE
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