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miércoles, 25 de octubre de 2006

En patria

Voy por diagonales y calles cortadas buscando, entre espacios alejados o más cerca, en el medio de los ojos. Es a lo que quiero pertenecer, viva en ella o afuera. La bandera, con colores enredados en minimalismo soberano, envuelve destellos del cielo de cada siguiente noche, ese que saca estrellas, o sonrisas, que es lo mismo. Puede romperse las veces que quiera, naturalmente tarde o temprano ordenaré sus pedazos. Puedo registrarme desde la inexperiencia de un personaje que no mide el peligro o desde el gesto del momento más absurdo, y así y todo siempre estaré guarecida bajo la transparencia sus censos justos. Puedo invisibilizarme, resbalar, arrepentirme, telepatizar como un elefante sin encontrar respuesta y llorar, colgarme del vacío, no crecer, burlarme de todo lo que camina frente a mí, condenar, condenarme, que en mi patria no cambia el tiempo ni el tono. En mi patria los habitantes descansan bondadosos, mientras las aguas se aquietan suavemente dentro de una represa esencial que, en simultáneo, siembra flores de todas las estaciones. Camino a través de diagonales y calles cortadas, y siempre la encuentro porque es el punto de calor, y me paro a recordar que antes estuve parada ante el amor de la virgen de la angustia; y antes aún, tanto tiempo frente al espejo de la falta de emoción. O cuando preguntaba que pasa a mujeres y hombres que escribían poesías en fila y monologaban masticando el pasto de la vanidad. Y mucho tiempo atrás, cuando sólo observaba, entre parentescos que tampoco sabían. Camino a través, camino lo que existe, no es una aldea de cuento maravilloso o una historia ficcional, no es el terror ni el amor, es caminar segura, es estar en patria.

MabelBE

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