Alguien me dijo que si una persona es débil pero tiene buenos amigos, podrá mantener el equilibrio; y por más fuerte que una persona sea, si no tiene esos amigos, no podrá estar en equilibrio.
Así empezó el tema, que siguió sobre las formas en que un amigo está, que a veces es necesario alejarse para limpiar energías mal crecidas y volver renovado, según el presente y las necesidades del futuro, según el entorno emotivo (hay ocasiones en que la ausencia tiene más color que la presencia, dice más o aclara).
Que en determinados espacios los amigos deben expresar las cosas duramente para refrescar los pensamientos (simplemente, si se dice en forma liviana el concepto no llega al alma del otro)... también, en un momento, surgió el concepto de la anti-amistad, de los que mixtifican aconsejando torcido, que pareciera que quieren ayudar pero buscan (por lo que sea) que las cosas empeoren, y serendipias así.
Al margen de que la amistad influencie para tomar decisiones o cambiar ideas, no es quien debe decidir el camino a seguir, o discernir lo que conviene. Porque, básicamente, uno mismo elige finalmente.
La charla llevó a la conclusión de que hay que ser amigo de uno mismo. Cuando somos amigos de nosotros mismos, nobles con los sentimientos que tenemos adentro y no tememos actuar acorde, el horizonte se desencadena claro (ya está: se volvió obsoleto el pensamiento limitante y fuimos al siguiente escalón). O bien o mejor, no hay más que estas dos opciones. Ser amigo de uno mismo es ser buena gente, y en perspectiva uno no puede desear o buscar el mal, nunca y para nadie.
Todo este prólogo me lleva a contarte mi deseo. No importa tanto ser fuerte o débil. Esto se dará según lo que puedas, según el momento. Pero lo que sí espero de corazón es que -en cualquiera de las dos circunstancias- logres anular la especulación que tergiversa las verdades.
Valentía te deseo. Que no mientas ni te mientas. Que seas una buena influencia para vos.
Coraje. Que seas buen amigo tuyo. Así sos buen amigo mío.
Y yo con mi parte.
Y hacemos la viceversa.
MabelBE · 2009