La protagonista no puede hacer
y recarga la acción de pedido en la figura del secuaz.
Brillan las palabras delante de sus ojos,
como estrellas más fuertes
que el aire reseco que las rodea y busca apagarlas.
Brillan las palabras, la anagnórisis es un shock.
La protagonista zigzaguea
cada vez que aparece un personaje.
Son muchos los que desfilan, algunos
se detienen, otros se van para siempre.
Los une el no entender las situaciones que se viven aquí.
Viva la protagonista
negadora y sacrificada. ¡Hurra por todos
los ingenuos personajes
que alguna vez estuvieron vivos!
mab·bellan / mismo·lugar
Un abrazo, poeta. ¿Cambió su mail?
ResponderBorrarNo, abrazo :D
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