No puedo decir cuando fue, pero yo creé estas lágrimas, destruí la sequedad del viento sobre la piel cuando las gotas se sumaron, y en el medio de todo, yéndome en una borrachera de agua, tuve un instante de celebración vital. Todo ésto a la mañana, mientras me despertaba lavándome la cara.
Y, cuando los pensamientos en contra de la existencia me parecieron ajenos, se me potenció un impulso repentino de pura alegría.
Soy blanda con estas cosas, pero muy dura con otras. De la nada me viene una pulsión que hace que los dedos de mis manos se toquen en una danza emocional. No puedo manejarlo, puede ser, tal vez, que las flores secas me vean como una entidad lluviosa en estos momentos. Que me vean como a una loquita.
En el fondo de su raíz saben que el temporal no me detiene, que ni la escarcha me detiene, que sostengo el mito de una semilla con corazón renacido entre macetas de papel, bien cursi, y que sé que la vida tiene tantas caras como días.
Hay donación de secretos cotidianos que aparecen desde atrás de las cortinas o desde el comentario de una voz ajena en la calle. Mujer, crédula, pasional, boba, perspicaz, desconfiada, astuta, que se encuentra un día con un alma par y sigue conversando de lo que le interesa.
Circunvalaciones / mabelb