Subo la cortina con este cordón marrón claro.
Las últimas tiras, enrolladas como historias crudas, se enganchan entre sí.
-el fuego no es el que va
El día se vuelve un río en desborde, siento un pinchazo en el pecho
justo con el tope, arriba. Sujeto la traba, voy a abrir las ventanas.
Nunca estoy preparada
-siempre alerta a dos o tres cosas equivocadas
así que sigo, -más acostumbrada, resignada, indiferente.
Miro al aire invisible que se cruza en el pasillo.
Tiempo atrás dije “estoy shockeada”
ahora sé que intuía la continuación
del camino.
Que pase el aire.
Que en su limpieza de recuerdos me abrace sin nostalgia
y -antes de volverse melancolía- que desborde los vacíos
-¿cuántas veces viví de estas escenas?
-¿cuántas veces bebí, me embebí y me adormecí?
y de silencio.
-esta parte sucede como un zumbido y huele a pequeño vestido negro
con la imagen del resto de las emociones que deben atravesarme
antes de irse
-enfáticas.
MabelB
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